POR EQUIVOCACIÓN de Jimena Ridruejo Pineda
Desperté y la noche seguía en pleno esplendor. Eclipsada por algo similar a un baúl adaptado a mi cuerpo, iba poco a poco aumentando mi fatiga debido a la falta de aire y oxígeno.
Mi cuerpo cada vez más débil. Quiero salir de aquí, pero ya no tengo fuerzas ni para gritar.
Estoy arrepentida, debí despertarme cuando mamá le dijo a la chica que no querían incinerarme.